Suele decirse que los niños nacen con un pan debajo del brazo.
Pues bien, hemos notado que, últimamente, lo que los niños traen bajo el brazo no es un pan sino una tablet o un teléfono móvil. Las nuevas tecnologías nos rodean, tomamos contacto con ellas en todo momento, nos guste o no. Si queremos saber el horario de apertura de una tienda, los días de fiesta que habrá este año, o si nuestro equipo favorito juega en los próximos días, solo tenemos que encender nuestro ordenador o conectar nuestro móvil y comprobar toda la información.
En el ámbito de la educación, las pantallas, los teclados y las pizarras digitales invaden ya las aulas de muchos centros educativos. Sin embargo, las metodologías de enseñanza siguen ancladas en los libros de texto, sin adaptarse a los nuevos perfiles tecnológicos. La innovación en el ámbito de las nuevas metodologías educativas se lleva a cabo en la medida en que se utilizan las TICs como un medio, una herramienta, y no como un nuevo método de trasmitir conocimientos y adquirir competencias.
El mundo, el día a día, funciona inmerso en las tecnologías, y si no se educa en el uso de éstas, no estamos preparando a personas que puedan desenvolverse en un futuro.
Esta es una pregunta que muchos se cuestionan.
Docentes y profesionales de la educación demandan recursos electrónicos y tecnológicos para adaptarse a estas nuevas tecnologías emergentes. Pero observamos que muchos centros de formación ya disponen de dichos recursos. Sin embargo, éstos no se utilizan. Aprender mediante juegos electrónicos, lo que llamamos gamificación, es una propuesta de innovación que algunos profesionales conocen, pero que muchos ignoran cómo poner en práctica. Y es que, además de dotar los centros escolares del material necesario, se debe formar a los profesionales en el uso de éstos, ya que de nada sirve obtener una pizarra digital si al final solo se utiliza para proyectar diapositivas. Para esto es necesario incidir en la formación universitaria de los futuros maestros, y en la formación continua de los ya profesionales.
Muchos profesionales de la educación no creen necesario el uso de las nuevas tecnologías para la formación de los más pequeños. De ahí que el libro de texto y las metodologías sigan siendo las mismas que antaño, incluso si comparamos los libros y demás materiales curriculares con los de hace décadas, vemos que la información es prácticamente la misma. ¿Acaso la sociedad no evoluciona? Los docentes y profesionales de la educación deben ser personas que de verdad quieran dedicar su vida a compartir conocimientos, ideas, y a formar a los adultos del mañana. La vocación y la motivación por seguir aprendiendo, para poder trasmitir lo mejor, es fundamental.
Debemos tener en cuenta siempre que los niños de hoy van un paso por delante de nosotros en materia tecnológica. Por ello es esencial que estos aprendan un correcto uso de los aparatos electrónicos que van a manejar, pues desde pequeños se desenvuelven, pero no comprenden que puedan ser peligrosos.