La fotografía es más que una simple mirada; es una herramienta para tratar, cuidar y comprender el mundo y la vida en su totalidad.
Degroote y su equipo, además de ser expertos en descifrar las emociones humanas, tienen la capacidad de comprender y dar vida a objetos y espacios que, aunque en silencio, tienen mucho que comunicar si se les presta la atención adecuada.
Tienen la destreza de capturar productos, espacios y servicios de una manera que va más allá de la técnica fotográfica, es una fusión de artesanía y la visión aguda de un fotógrafo consumado.
Para Degroote y su equipo, la fotografía gastronómica se convierte en un arte donde objetos, espacios y productos cobran vida y expresión propia. Gracias a su sensibilidad y habilidad, logran que la fotografía gastronómica reciba toda la atención y el afecto que merece.
Tienen la capacidad de insuflar vida, movimiento y narrativa a lo que podría parecer inanimado a simple vista. Su magia reside en dotar de alma a cada fotografía, transmitiendo no solo la apariencia visual, sino también la esencia y la pasión detrás de cada objeto, espacio o plato. Con su lente, convierten lo cotidiano en algo extraordinario, invitándonos a saborear la vida en cada imagen capturada.