La muerte de una oveja llamada Dolly que puede que consiguiera sobreponerse al futuro y a la innovación pero no al paso del tiempo; el RCD Mallorca que, en lugar de remar, ganaba una copa de sangre azul y hacía que las tortugas se tiñeran de bermellón; un pez payaso de lo más despistado, una luchadora vestida de amarillo y katana y a un pez enorme nacido de la imaginación de Tim Burton que enamoraban a grandes y pequeños; el segundo Oscar de Pedro Almodóvar al conquistar Hollywood gracias a la charla que tuvo con ella, la bailarina silenciosa; el NO que España gritó a pleno pulmón: no a la guerra, no a la barbarie y no al despropósito; la despedida a Copito, a Celia Cruz, a Nina Simone o a Gregory Peck.
Muchos son los acontecimientos importantes que podrían haber hecho del 2003 un año especial.
Pero, para nosotros, aunque por aquel entonces no podíamos ni intuirlo, el año 2003 sería especial por otros motivos.
Un tal Xavier March cumplía 19 años y decidía lanzarse a la piscina y cambiarnos la vida a todos nosotros. Y, quién sabe, puede que también a vosotros.
Era septiembre del año 2003, es decir, hace 14 años, cuando aquel local de Sa Costa de Sa Pols se convirtió en Refineria.
Aquel adolescente que jugaba a ajedrez, que arbitraba por los campos de Mallorca, que estudiaba en la universidad y que programaba con la ayuda de (SAN) google decidió empezar a escribir una de las páginas más importantes de nuestro futuro.
Refineria nació con valentía, con decisión, sin miedo, sin prejuicios, con respeto y sin límites. Exactamente igual que como ha decidido que viva y crezca, haciéndonos siempre partícipes de esa criatura que hoy es un poco de todos nosotros.
Hoy, con 14 años a la espalda, cerca de 50 trabajadores, 2.000 clientes, 2.800 proyectos acabados, 3 cambios de oficina, alguna que otra cana y algún que otro disgusto seguido de una lección vital, sólo podemos agradecer el día que aquel jovencito decidió que Refineria no fueran cuatro notas escritas en un papel y relegadas al olvido, sino una realidad de la que formamos parte.
¡Vamos a por los siguientes 14 años! ¿Nos acompañas?
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